Marruecos abrió sus fronteras, es un destino ideal para combinarlo con el sur de España y Portugal. En esta nota te invitamos a recorrer uno de los destinos más impactantes por su cultura, historia y el desierto.

Marruecos es el destino ideal para tu primer viaje a un destino exótico, con características únicas heredadas de sus lazos con África, Europa y Oriente Medio. Es un destino, donde podrás recorrer múltiples escenarios, desde ciudades amuralladas hasta montañas nevadas y desiertos. La sencilla conectividad con la zona, infraestructura de última generación en algunos de los hoteles más lujosos del mundo, reconocidos SPA y precios atractivos, hacen de Marruecos un destino turístico tentador y siempre muy solicitado.

Una cultura viviente

La palabra medina nos transporta a través del tiempo hasta el siglo XII, en los orígenes de esas mágicas ciudades, que aún hoy son el corazón de la vida local. Es muy posible que en tu paseo te ofrezcan un té como gesto de hospitalidad, se toma a todas horas y es una buena forma de combatir la deshidratación en esas regiones.

Pararse a comer en un restaurante típico y probar platos como el cuscús, con carne, verduras y garbanzos. El tajine de carne, un guiso preparado en cazuelas de barro. Mechui o cordero asado; sopa harira de carne, verdura y legumbres, típica del Ramadán. La pastela, un hojaldre relleno de carne o pescado. Los kefta, unos rollitos de carne picada especiada ensartados en palillos de madera. Como postre, los buñuelos o rghaif o alguna delicia de la repostería elaborada con frutos secos, o el clásico té moruno a la menta.

Uno de los grandes atractivos turísticos de visitar Marruecos es su rica y abundante artesanía local, la cual podemos encontrar a precios económicos, sobre todo si practicamos bien la extendida técnica del regateo.
Cada ciudad está especializada en una artesanía típica: Rabat: bordados y alfombra; Casablanca: marroquinería y alfombra de Mediouna; Meknes: trabajo de madera y mosaicos; Fez: alfarería azul; Marrakech, el cuero y las especias. 

Ciudades Imperiales de Marruecos

Marrakech

zoco-Marrakech

Está catalogada como uno de los centros culturales más importantes de Marruecos. Es infaltable pasear por la plaza Jemaa El-Fna y los zocos, con sus brillantes colores y olores, realizar paseos en carruajes a caballos, tomar algo en terrazas soleadas, ver a los artistas ambulantes, realizar actividades nocturnas; sin duda alguna marcarán nuestra estancia en Marruecos.

Meknes 

Meknes

La Medina de Meknes y los restos del palacio real han ganado su merecido lugar en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

En la plaza de El Hedime, encontrarás Bab Mansour, la puerta de entrada a la medina. Es una de las obras maestras del arte hispano moro. No dejes de visitar los establos y graneros reales del sultán Moulay Ismail.

Al norte de Meknes se encuentra el mayor yacimiento arqueológico romano de Marruecos: Volubilis. Arco de triunfo, capitolio, casa de Baco, todo en su conjunto testifica el esplendor que ha conocido la ciudad, su peso económico y político.

Rabat

Rabat

Es una ciudad cultural cargada de historia. Muchas obras maestras decoran sus calles y plazas. No muy lejos de las murallas se levantan los muros de la Chellah, una necrópolis de la época de los Meriníes. Cruzar los muros es como entrar en otro mundo: se camina entre vestigios antiguos, entre jardines y cigüeñas.

Rabat es también una moderna capital eco-responsable que da un lugar privilegiado a los espacios verdes. Hay parques, como los Jardines Exóticos de Bouknadel, a pocos kilómetros de la ciudad. 
Es un destino donde los tesoros del pasado se codean con las realizaciones más modernas y respetuosas con el medio ambiente.

Fez

Fez

Fez irradia un aura singular. Es la Imperial, el depositario de trece siglos de historia marroquí. Meknes es rica en un pasado prestigioso y se reserva sorpresas inesperadas.

Cruzarás las murallas de la famosa medina de Fez, distinguida por la UNESCO como de valor universal excepcional. Pasearas por las calles del distrito de Fez-El-Bali. La puerta de Bab Boujloud es la forma más fácil de entrar en la medina.

En mayo, las plazas y callejones resuenan con música del mundo: el Festival de Música Sagrada del Mundo se celebra en la antigua capital imperial. Es, junto con el Jazz in Riads, uno de los principales eventos del calendario cultural de la ciudad. No te vayas sin haber probado la gastronomía de la ciudad, reputada como una de las mejores del mundo.

Otras ciudades que no te podes perder: 

Tánger, una ciudad cosmopolita: En el norte de Marruecos, la ciudad de Tánger invita a los viajeros. En sus costas, donde convergen las aguas del Mediterráneo y del Atlántico, descubrirá una auténtica ciudad acuñada por diversas influencias. Pasear por Tánger la Blanca. Pasear por las calles bordeadas de casas con revestimiento de cal y, como Matisse anteriormente, como Delacroix también, dejate llevar por el aire de ensueño que emana de la ciudad. 

Ouarzazate-Zagora-Tinghir: Auténtico destino repleto de mil y una maravillas impresionantes, Ouarzazate, Zagora y Tinghir revelan a los visitantes una diversidad de paisajes increíbles, entre el desierto y los verdes valles. Para los entusiastas del deporte y ganas de aventura, muchos caminos podrán llevarlos al borde del desierto, para encontrarse con los camelleros y sus caravanas.

Essaouira: Es una de esas ciudades costeras donde la dulzura de la vida y las actividades del agua se complementan. El paseo lleva al puerto pesquero donde los marineros cobran vida; no muy lejos de allí, el mercado de pescado donde se puede degustar (el pescado y) incluso los mariscos capturados durante la noche. En el centro, la medina desenrolla el entrelazamiento de sus callejones. 

La magia del desierto

desierto marruecos

Es casi natural para cualquier viajero que tenga la fantasía de conocer Marruecos, cerrar los ojos e imaginar la mística del desierto. Ese horizonte infinito y desconocido.

Marruecos cuenta con dos opciones, más próximo a Marrakech se encuentra el desierto de Agafay. No es el desierto que imaginamos con interminables dunas de arena dorada, sino un paisaje rocoso, de terreno muy árido con poca vegetación. La ventaja de Agafay para aquellos que no tienen mucho tiempo, es el acceso desde Marrakech que será visita obligada. Allí podemos disfrutar de la experiencia de dormir en una haima marroquí como lo hacen los bereberes.

El desierto de Merzouga se encuentra al sur del país, y para llegar lo hacemos desde Erfoud. Podemos disfrutar de una excursión en 4×4 por el día, o bien pernoctar en una haima. En este desierto estaremos en el Sahara, cumpliendo nuestro sueño de las 1001 noches verdaderas.

Te invitamos a visitar nuestra web y encontrar el circuito ideal para tus próximas vacaciones por este destino tan mágico y encantador!

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *