Viajar a La Rioja es adentrarse en mil aventuras. Es viajar en el tiempo y tener la posibilidad de disfrutar de un sinfín de actividades en contacto con la naturaleza. Te presentamos tres motivos para elegirla.
La Rioja te sorprende con tesoros arqueológicos y secretos paleontológicos. Te invita a recorrer antiguos pueblos con historia, enmarcados por espectaculares paisajes. Te propone catar vinos de calidad mundial y deleitarte con sabores de la tierra. Te ofrece disfrutar mil experiencias en un marco natural único. Hoy elegimos mostrarte tres de sus tantos atractivos…
Parque Nacional Talampaya
Vasta tierra de dinosaurios situada en el centro oeste de La Rioja, preserva un ambiente frágil y millones de años de historia. Por su valor arqueológico e importantes yacimientos paleontológicos, el Parque Nacional Talampaya ha sido distinguido por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad junto con el Parque Provincial Ischigualasto en la provincia de San Juan.
La propuesta es perderse entre los imponentes paredones rojizos, donde el paso del tiempo y la erosión tallaron cañadones y verdaderas esculturas. El vuelo del cóndor andino acentúa nuestra pequeñez en medio de semejante paisaje, que nos permite descubrir la evolución de la vida en la Tierra.
Tanto guías como visitantes sostienen que el lugar “no tiene fin” y se recomienda contar con dos o tres días como mínimo. Hay diferentes circuitos vehiculares, algunos de los cuales requieren reserva previa, para recorrer el Cañón de Talampaya, una visita por los petroglifos, el Jardín Botánico para conocer la flora nativa, la Catedral Gótica, el Monje y Cajones de Shimpa. Debido a la fragilidad del ambiente, los recorridos se realizan exclusivamente con guías habilitados por la Administración de Parques Nacionales.
Los más inquietos pueden elegir alternativas de trekking por la Ciudad Perdida, el Cañón Arco Iris y la caminata por la Quebrada Don Eduardo. Estas opciones te conectarán íntimamente con el entorno y, tal vez, podrás llegar a ver guanacos o maras a la sombra de algún algarrobo. También es posible hacer excursiones en bicicleta o en noches de luna llena.
Talampaya, “río seco del tala” en quechua, fue el nombre que le dieron sus antiguos habitantes, presencia que ha quedado grabada en las rocas y en otros testimonios de su paso por este territorio.
La Ruta del Olivo
Aromas y sabores del olivo se convierten en un pretexto para viajar por La Rioja y deleitarte con los productos de esta milenaria planta. Existen en Argentina unas 500 variedades de aceitunas, cuyo cultivo se concentra principalmente en las provincias de La Rioja, Catamarca, San Juan y Mendoza. Todas pretenden el podio en cuanto al mejor aceite o las olivas más exquisitas, y se postulan como el lugar donde comenzó la historia de la industria olivícola nacional. Sin embargo, La Rioja ostenta, sin dudas, un argumento inapelable: el olivo más antiguo del país. Se trata de un frondoso árbol que aún crece en las afueras de Aimogasta, departamento de Arauco. Con más de cuatrocientos años, sobrevivió a una tala masiva de olivos ordenada por el rey Carlos III en el siglo XVII, y fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1980 por ser considerado el origen de la olivicultura en América del Sur.
En esta zona se obtiene la única oliva argentina que ha sido incluida en el catálogo mundial de esta planta, la variedad Arauco. Su rasgo más característico está dado por el tamaño, ya que son aceitunas enormes. Es conocida como “el Malbec de los aceites” con un sabor muy intenso que la distingue de cualquier otra.
No te pierdas de disfrutar las diferentes olivas riojanas en tapas, en aceites y también a través de la “olivoterapia” con inolvidables tratamientos de belleza y relax a base de aceitunas.
Volando en parapente
La Rioja es dueña de varios de los mejores puntos de Argentina donde vivir la emocionante experiencia de volar en parapente o aladelta. Diferentes lugares de la provincia con altitudes diversas presentan condiciones físicas y climáticas ideales tanto para vuelos de bautismo (con instructor, sin necesidad de experiencia previa) como para profesionales. Las bajas precipitaciones, la incidencia del sol y la aridez entre las zonas de cultivos crean magníficos escenarios para despegues y aterrizajes.
Los destinos principales en donde disfrutar de sobrevolar los llanos y cerros de La Rioja son ciudad capital, Pampa de la Viuda, Dunas de Mazán, Cuesta Vieja en Famatina, La Mejicana y Ambil. La actividad lleva más de 30 años desarrollándose, y mediante el trabajo conjunto entre los sectores público y privado se garantiza la formación de pilotos, así como la calidad y seguridad de los servicios al turismo. Las distintas empresas ofrecen vuelos de bautismo biplazas en aladelta, parapente o “trike” (aladelta con motor) y también cursos de aprendizaje.
En la ciudad de La Rioja es posible volar durante todo el año en el cerro El Morro, mientras que Pampa de la Viuda -departamento de Sanagasta- es perfecta para vuelos de gran nivel técnico, con dos alternativas de despegues a más de 2000 metros.
En cambio, Dunas de Villa Mazán, en Arauco, es el sitio ideal para principiantes; aquí vale la pena extender la estadía para disfrutar de un tiempo de relax en las Termas de Santa Teresita, a 6 kilómetros de distancia.
Cuesta Vieja queda en el Departamento Famatina, lugar considerado entre los mejores del mundo para la práctica de parapente. El despegue se realiza a unos 1550 metros de altura, seiscientos metros por encima del Valle de Antinaco, y es especial para vuelos de distancia, hacia el norte de las Sierras del Paimán. La aventura puede continuar con una caminata por el circuito “Lavadores de Oro”, observando testimonios de la época de la “fiebre” por ese metal precioso; o si preferís, está la posibilidad de ascender al Cerro Famatina y la Mina La Mejicana en 4×4.
En La Mejicana se realizan vuelos de 40 minutos en planeo, con despegue a 4200 metros, aterrizando en Chilecito. Y el mayor interés de los llanos de Ambil -en General Ocampo- es que brinda la posibilidad de hacer despegues a 200 metros de altura.
Solo hay que animarse a vivir una sensación inolvidable. En general los vuelos duran de 20 a 40 minutos y los biplazas se pueden realizar sin hacer el curso, y no hay límite de edad. La Rioja te propone la adrenalina de ver y sentir su paisaje increíble desde el cielo.