Muestra de un valor universal trascendente, el Qhapaq Ñan fue la columna vertebral del poder político y económico del Imperio Inca. También conocido como el Camino Principal Andino, fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Casi 119 kilómetros transcurren dentro de nuestro país. Te invitamos a recorrerlo.
Patrimonio Mundial de la Humanidad
“Se trata de una vasta red viaria de unos 30.000 kilómetros construida a lo largo de varios siglos por los incas –aprovechando en parte infraestructuras preincaicas ya existentes– con vistas a facilitar las comunicaciones, los transportes y el comercio, y también con fines defensivos. Este extraordinario sistema de caminos se extiende por una de las zonas geográficas del mundo de mayores contrastes, desde las cumbres nevadas de los Andes que se yerguen a más de 6.000 metros de altitud hasta la costa del Pacífico, pasando por bosques tropicales húmedos, valles fértiles y desiertos de aridez absoluta. La red viaria alcanzó su máxima expansión en el siglo XV, llegando a extenderse por todo lo largo y ancho de la cordillera andina. El nuevo sitio del patrimonio mundial, que consta de 274 componentes y se extiende a lo largo de más de 5.000 kilómetros. Los componentes se han seleccionado para poner de relieve la importante función social y política de la red viaria; las obras maestras de arquitectura e ingeniería y las infraestructuras conexas dedicadas a las actividades mercantiles, el alojamiento y el almacenamiento de mercancías; y los sitios con un significado religioso.” De esta manera, en el año 2014, el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO, en su trigésimo octava reunión en Doha, Qatar, incluía al Qhapaq Ñan, Sistema Vial Andino, en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad bajo la categoría de “bien transnacional seriado” y en calidad de Itinerario Cultural.
La solicitud para dicha declaración había sido presentada conjuntamente por los seis países que abarca esta ruta de gran valor cultural: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. El trabajo de cooperación internacional llevó más de diez años, dada la extensión y los numerosos elementos que caracterizan este bien como patrimonio de la cultura del mundo andino. Finalmente, la declaración recibió el apoyo unánime por parte de los 21 integrantes del Comité de Patrimonio de la UNESCO.
El “Camino Principal”
Qhapaq Ñan significa en lengua quechua “camino principal”, y se refiere a la red de caminos y estructuras de comunicación, intercambio y defensa que se extendía por más de 30.000 kilómetros, llegando a alcanzar su máxima longitud en el siglo XV, durante el apogeo del Imperio Inca. Este sistema vial conectaba centros de producción, administrativos y ceremoniales erigidos durante más de 2000 años de culturas andinas ancestrales, cuyos conocimientos se integraban, de este modo, al sistema de organización inca.
Extraordinarias habilidades arquitectónicas y de ingeniería se manifestaron en un impresionante dominio de las tecnologías de construcción. Mediante caminos, puentes, escaleras y acequias fueron resueltas innumerables dificultades de la geografía andina, para atravesar paisajes agrestes, vados, pantanos, lagos, desiertos, altas cumbres y densas selvas.
La red de caminos se hallaba basada en cuatro rutas principales que partían de la plaza central de Cusco, capital del Tahuantisuyo. Estas rutas se unían a otras de menor jerarquía, formando conexiones y constituyendo un ejemplo excepcional de comunicación e intercambio. Diversos bienes eran permutados a lo largo de toda la extensión, tales como alimentos, metales preciosos, muyus (conchas), coca, plumas, provisiones militares, madera y productos textiles que se transportaban desde las zonas de recolección o manufactura hacia los centros incaicos y a la misma capital. Todo el conjunto representaba un símbolo del poder de los incas a lo largo de los Andes.
El reconocimiento de la UNESCO incluye 274 componentes de este sistema distribuidos en 137 segmentos de la red de caminos. Éstos se extienden desde los Andes hasta el Océano Pacífico, a lo largo de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, por zonas geográficas de magníficos contrastes. El itinerario cultural transnacional abarca en total 616 kilómetros de caminos y comprende, además, 308 sitios arqueológicos asociados.
Qhapaq Ñan en Argentina
En nuestro país, la red vial ingresa desde Bolivia por el pequeño poblado de Calahoyo, en plena Puna. Desde allí discurre por desiertos, valles y montañas conectando tierras pertenecientes a las actuales provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza. La Argentina seleccionó para su presentación 13 segmentos de camino en las siete provincias involucradas y 32 sitios arqueológicos asociados. En total, la extensión de los tramos abarca 118,5 kilómetros. Los testimonios dan cuenta de aquella milenaria integración cultural, que logró desafíos de ingeniería fenomenales, estrategias militares sorprendentes y tradiciones espirituales únicas en el planeta, practicando ritos ceremoniales a más de 6000 metros de altura.
Una de las secciones más importantes es el Complejo Ceremonial Volcán Llullaillaco (a 6739 metros sobre el nivel del mar) en la provincia de Salta. Este es uno de los ejemplos más asombrosos de la capacidad de los incas de dominar las cumbres, construyendo caminos y edificaciones a mayor altura que cualquier otra población de la historia. Con los espíritus de los cerros como protagonistas, este pueblo ocupaba sistemáticamente las montañas como parte de sus creencias religiosas. Aquí se encuentra el complejo ceremonial más alto del mundo, donde fueron hallados importantes restos arqueológicos y los cuerpos de tres niños -preservados por las bajas temperaturas de la cima del volcán-, ofrendados como parte de un sacrificio ritual. Estos hallazgos son exhibidos en el Museo de Arqueología de Alta Montaña de la ciudad de Salta.
En Jujuy, el Qhapaq Ñan une Santa Ana y Valle Colorado, zona en la que predominan las yungas y donde viven comunidades rurales que aún conservan antiguas tradiciones. La caminata permite admirar los vestigios arqueológicos al tiempo que disfrutar de incomparables paisajes.
En la provincia de Tucumán, el sistema vial andino asciende hasta La Ciudacita, un yacimiento arqueológico a más de 4000 metros de altura, donde se realizaban actividades astronómicas. Hoy pertenece al Parque Nacional Los Alisos.
Catamarca conserva el Pucará de Aconquija, muestra de la estrategia militar, y en esta provincia el camino incaico baja del Aconquija rumbo al Pucará de Hualfín y sigue hacia el sur pasando por Belén y Londres hasta el Shinkal de Quimivil. El Shinkal de Quimivil está considerado el asentamiento incaico más importante de Argentina, por ser las ruinas de la capital provincial más al sur del imperio Inca. En virtud del tamaño y calidad de las construcciones y restos arqueológicos recuperados, se logró determinar su función como centro administrativo de la región durante el período de dominio Inca en el noroeste de nuestro país (1471-1536).
En la provincia de La Rioja, el Qhapaq Ñan recorre uno de los tramos más bellos de las Sierras de Famatina, pasando por llanuras, áreas de terrazas y cañadones. Esta parte del camino une sitios arqueológicos como Tambos de Chilitanca y Pampa Real, y santuarios de altura en los cerros General Belgrano y Negro Overo.
Aproximadamente en el Pucará de Lamar, el camino deja el noroeste argentino para entrar en San Juan, ya en la región de Cuyo. Desde Tocota, corre paralelo al río de los Tambillos hacia Tamberías, lugar de uno de los tantos tambos (postas incas para reabastecimiento), para seguir a Barreal y los sitios incas del Parque Nacional Leoncito. Tambería del Leoncito es el sitio más meridional asociado al Qhapaq Ñan en esta provincia.
En Mendoza, la ruta trasncurre hacia el Valle de Uspallata para girar al oeste y subir siguiendo el río Mendoza, pasando por las ruinas de Ranchillos y las ruinas de Tambilillos, hasta llegar al famoso Puente del Inca. Durante el trayecto se descubren los sitios arqueológicos Confluencia, Pirámide del Aconcagua y Cerro Penitentes. Luego, el camino penetra en la Cordillera de los Andes para cruzar hasta el actual territorio de Chile.
Un compromiso compartido
Por primera vez la UNESCO declaró como Patrimonio Mundial de la Humanidad a un territorio compartido por seis países de la región. De esta manera, el Qhapac Ñan representa el compromiso de cada una de las naciones y sociedades en cuanto a la preservación y conservación de este importante legado. Como espacio de integración de los pueblos y de intercambio de valores culturales, es considerado un reconocimiento a la historia, las identidades y las tradiciones de las diferentes comunidades que viven a lo largo del Sistema Vial Andino.